Blog Equilíbrate | El Salvador

Year: 2013

Muévete Más

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La inactividad física está asociada con la aparición de problemas de salud como la obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Estos son algunos beneficios de incorporar actividad física en tu rutina diaria:
  • Al hacer ejercicio es más fácil controlar el peso, disminuir la grasa corporal y aumentar la masa muscular, además de desarrollar una buena condición física.
  • Cuando haces ejercicio te sientes mucho mejor durante el día, con más energía, menos estrés y vives en armonía y equilibrio.
  • Según el Colegio Americano de Medicina Deportiva, el ejercicio puede ayudarte a prevenir y controlar enfermedades.
Seguramente has leído o escuchado sobre estos beneficios pero no has logrado convertirlo en un hábito. Te presentamos tips que te ayudarán a conseguirlo:
  1. Lento, pero seguro. Es mejor dar pequeños pasos que lleven a obtener buenos resultados, que pretender en un corto tiempo lograr todo.
  2. Conoce tus límites. Es mejor proponerse metas reales, para poder alcanzarlas de acuerdo a nuestras posibilidades.
  3. Hazlo en equipo. Es más fácil seguir un plan o un programa con compañía, así te sentirás más comprometido.
  4. Visualiza el éxito. Ten metas alcanzables para ir lográndolas poco a poco.
  5. No te compares con otras personas. Lo importante es lograr hábitos personales para toda la vida.
  6. Ten paciencia. Todo cambio toma su tiempo.
¡El ejercicio te hará sentir y verte bien!

5 cambios en tu alimentación que te ayudarán a bajar de peso sin notarlo

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Para bajar de peso, no es necesario seguir una dieta en la que se mida o pese todo lo que comemos, ni contar caloría por caloría, sino hacer algunos cambios que pueden ayudarnos a nutrirnos y a la vez regular nuestro metabolismo.

you-losing-02Etiquetas nutricionales

Verifica la porción por paquete para saber si las calorías, grasas, azúcares y proteínas listadas son en verdad lo correcto de acuerdo a la cantidad que comes.

Prefiere las grasas saludables

Grasas saludables como el aguacate, semillas sin sal, aceite de oliva o de girasol, nos ayudan a sentir mayor saciedad con pequeñas cantidades, ya que activan los niveles de leptina, la hormona que controla nuestro hambre. Evita carnes altas en grasa, lácteos enteros y productos procesados.

Sacía tu sed, no tu hambreyou-losing-04

Una de las razones por las que podemos sentir hambre es por que nuestro centro de saciedad pide atención. Nuestra necesidad puede ser tanto de líquidos como de comida. No existe una cantidad exacta de agua necesaria, ya que varía dependiendo de cada persona y sus hábitos, lo importante es nunca sentir sed. Cuando sentimos sed quiere decir que nuestro cuerpo está deshidratado y muchas veces llegamos a sentir la deshidratación como hambre por lo anteriormente mencionado de los centros de saciedad. Prefiere siempre el agua como tu principal bebida tanto en tiempos de comida como refrigerios, deja tus calorías para alimentos sólidos.

Carbohidratos en proporción adecuada

Asegúrate que los carbohidratos sean la fuente de tu 50% de calorías diarias, pero varía los tipos, incluye aquellos que son altos en fibra como frutas, vegetales o granos completos.

Un paso delanyou-losing-08te de tus antojos

Diversos factores como hormonas, emociones o actividad física pueden influir cuánta hambre o sensación de necesidad inmediata de alimentarnos tenemos. Puedes tener una lista de “snacks de emergencia” que tengan un gran volumen con beneficios que te ayuden a controlar tus antojitos. Ejemplos de estos snacks pueden ser: palomitas de maíz sin mantequilla, pepino, mango verde o apio con limón y sal o yogurt natural con Azúcar Natural y un poco de frutas secas.

Recuerda que para lograr verdaderos cambios en nuestra salud o llegar a nuestro rango de peso saludable es más efectivo hacer cambios reales que utilizar métodos extremos.

¿Sabes cuáles son los beneficios de pequeños intervalos de mayor intensidad en tu entrenamiento?

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speed-cardio-sizedSi quieres lograr terminar bien en una carrera o transformar tu cuerpo rápidamente, un entrenamiento lento y constante no es el truco para lograrlo. Claro, que al ser constante en tu ejercicio en la caminadora o elíptica puedes lograr mejor resistencia o capacidad, pero no darán resultados instantáneos.

Nuestra lógica nos puede decir, “entre más millas alcance, más peso voy a perder”, pero hay algo en esta ecuación que no consideramos y es que nuestro cuerpo se adapta a una rutina constante, utilizando así menos energía o requiriendo menos esfuerzo con tiempo. ¿Cómo evitarlo? Variar nuestra rutina con segmentos de mayor intensidad, mayor inclinación o mayor velocidad.

Los entrenamientos con la variaciones mencionadas nos ayudan a prevenir que nuestro metabolismo esté lento y a quemar mayor cantidad de grasa a la vez que desarrollamos masa muscular. Al dividir el ejercicio con estos intervalos no sólo ayudamos a nuestra capacidad física, sino también a nuestra capacidad mental, confianza en nosotros mismos y ánimos de terminar los esfuerzos por segmentos con pequeños retos. Esta variación de entrenamiento puede aplicarse a cualquier actividad cardio como bicicleta, elíptica o escaladora.

Estas pequeñas variaciones pueden llamarse “tempos”, durante los cuales mantenemos un ritmo más elevado por un período de tiempo. Muchos entrenadores comentan que esto nos enseña a utilizar el oxígeno de manera más eficiente y a logar más en el entrenamiento antes de la fatiga. Si logramos incorporar “tempos” en nuestras rutinas, lograremos ejercitarnos sesiones más largas y quemaremos más calorías antes de sentir la necesidad de parar o tirar la toalla.

Si pudiéramos medir nuestro esfuerzo en una escala del 1 al 10, lo ideal para los “tempos” sería estar en un número 7 u 8, siendo 10 el mayor esfuerzo. Intenta variar tus rutinas luego de 10 minutos de calentamiento, mantén la rutina por 5 a 10 minutos y luego incorpora sesiones de 1 a 2 minutos de mayor velocidad, inclinación o intensidad sin importar el ejercicio que estés practicando.

No todo lo que engorda es azúcar de mesa

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Azúcar agregada no es lo mismo a Jarabe de Maíz de alta Fructosa.

Bio-fuelEn el 2010 se presentó el dilema de cómo nombrar el “jarabe de maíz de alta fructosa” al ser un termino largo para utilizar en los alimentos y empaques. El 30 de mayo del presente año, la FDA negó a la Asociación de Refinadores en los Estados Unidos ocupar el nombre “Azúcar de Maíz” ya que sólo confundiría a los consumidores.

Este nombre no sólo generaría confusión del tipo de endulzante según el nombre, sino también los efectos que puede llegar a tener en nuestra salud al ser un proceso de elaboración completamente diferente al del Azúcar Natural. El jarabe de maíz de alta fructosa no es nada similar al azúcar de mesa, ya que es extraído del maíz y durante el proceso de elaboración consiguen una dulzura mayor a  la del azúcar, cambiando su estructura molecular y por lo tanto las encimas y reacciones necesarias en nuestro cuerpo para procesarlo. El Azúcar Natural proviene de la caña de azúcar por medio de un jugo del cual se forman los cristales al evaporar el agua y está hecha de partes iguales de glucosa y fructosa. El Jarabe de maíz por lo contrario, no contiene el mismo % e incluso existen distintas concentraciones dependiendo de la dulzura que se necesite.

Otro problema que debemos tener en mente es que el termino «bebidas azucaradas o endulzadas» es utilizado constantemente en medios de comunicación, cuando en realidad, aproximadamente el 90% de todas estas bebidas contienen Jarabe de Maíz de Alta Fructosa y no Azúcar Natural. Este tipo de ejemplos es lo que llega a confundir a los consumidores sobre qué tipo de azucares están en los alimentos y los efectos que cada una de estas puede tener.