A veces, los mayores peligros provienen de los enemigos más pequeños. En cuanto al medio ambiente y, en particular, a la salud de los mares del planeta, una de las mayores amenazas es representada por las pajillas de plástico. las pajillas de plástico pertenecen a la familia de los ‘killers ambientales’ (matadores ambientales) más silenciosos.
Cualquier objeto de plástico, incluso el más pequeño y aparentemente irrelevante, si no puede ser reciclado, tiene un gran impacto medioambiental. Las pajillas no son una excepción y además son muy peligrosas para la fauna marina, ya que se confunden con comida y son ingeridas por peces y tortugas.
Cada día en todo el mundo se utilizan unas mil millones de pajillas, 500 millones sólo en los EE.UU., según el Servicio Nacional de Parques. Se usan y se desechan de inmediato, en unos 20 minutos, mientras que tardan cientos de años para ser absorbidas por el medio ambiente. Son una de las 10 categorías de objetos que más contaminan el mar. Por otra parte, cada año 1,5 millones de animales marinos mueren después de ingerir plástico y los informes avisan que en 2050 ya habrá más plastico que peces en el oceano.
En un momento histórico en el que los residuos y su tratamiento representan una urgencia cada vez más apremiante, es natural preguntarse cuál es la utilidad real de estos objetos, que en la mayoría de los casos sólo sirven para satisfacer el puro placer de sorber una bebida. Se trata, de hecho, de un producto totalmente innecesario, excepto para personas con exigencias médicas específicas.
La pajilla, además de ser poco saludable para los dientes, es un objeto superfluo. Pero si de verdad no pudiéramos prescindir de ella, existen muchas alternativas menos perjudiciales para el medio ambiente, empezando por las pajitas de vidrio, titanio, papel o bambú, todas opciones reutilizables o 100% biodegradables. Pensemos en ello, a la hora de pedir la próxima bebida .