La alimentación holística trata de la nutrición del ser humano en cada aspecto tanto en lo físico, emocional, mental y espiritual. En esta rama de la alimentación, es de vital importancia la meditación y la comunicación con nuestro cuerpo para saber lo que nos conviene comer, encontrar un equilibrio. Conocerse a totalidad es alimentarse a conciencia con el conocimiento de que la manera y la cantidad que comas será reflejo en tu organismo y repercutirá directamente en la salud física y vibracional.
La idea es nutrir el cuerpo y también el alma por medio de un conjunto de técnicas para lograr una salud exterior e interior a través de una adecuada alimentación, ejercicios físicos y la práctica de técnicas de meditación y respiración.
La filosofía se basa en la bioindividualidad, de manera que se diseña un plan alimenticio personal en el que se analiza lo que comes, gustos, relaciones familiares y laborales, así como el estado energético y de felicidad. Entre las prácticas están: comer en familia o con gente positiva, mientras comes hablar de temas positivos y alegres, recordar llenar el 50% del plato con alimentos crudos el restante con carbohidratos y proteínas, tomar abundante agua, cenar a la luz de las velas, romper el desayuno con una fruta, aplicar la jugoterapia, entre otras más. Algo muy importante de esta filosofía es no eliminar ni prohibir ningún alimento, sólo debe consumirse según lo que el cuerpo necesita y te pide a conciencia, sin extremos y con un equilibrio emocional ante los alimentos.
Dentro de los beneficios destacan una mejor circulación sanguínea, capacidad de respuesta pulmonar y cardiovascular, una mayor flexibilidad, agilidad, fuerza en el cuerpo, un aumento de la energía y una reducción de estados de depresión, debilidad y tensión.
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